Botillo del Bierzo
“Botellus, Botullus” es el término latino del que procede la palabra botillo, uno de los productos más típicos de la gastronomía del Bierzo. Su origen está en los monjes eremitas de las montañas del Bierzo: tras cuidar a los cerdos con bellotas y centenos, los sacrificaban al llegar el invierno y, con gran habilidad, separaban las costillas, los huesos de la cabeza y el rabo que cortaban en trozos e introducían en una artesa mezclándolos con sal, pimentón, ajo, y orégano. Tras dejarlo un tiempo en adobo, lo introducían todo en grandes tripas que cosían y colgaban unos días a secar. Para terminar, lo ahumaban con leña de roble y tomillo para sanearlos y darles buen gusto.
Considerado un plato de fiesta, desde la Edad Media el botillo ha servido para agasajar tanto a reyes como a peregrinos.
En la actualidad, se puede encontrar en supermercados que ofrezcan especialidades del Bierzo, como Molinaseca.
Esta es la receta:
Hay que poner el botillo a cocer en una olla, a fuego lento. Si el botillo pesa un kilo hay que dejarlo cocer entre dos horas y dos horas y media. Cuando queden treinta minutos para terminar la cocción, añadimos las patatas, la verdura y unos chorizos.
Se sirve todo en una fuente honda, y la salsa roja del botillo será el complemento perfecto para dar color, aroma y sabor a las verduras y a las patatas.
¡Buen provecho!